Los Autodefensas en Santa Ana

Este artículo originalmente se publicó en el semanal OC Weekly en Orange County, California. Para leer el artículo en inglés, visite su página de Internet www.ocweekly.com.


Un arco sencillo recibe a los visitantes que llegan a El Limón de la Luna, un pueblo en Michoacán dentro de la región central de México conocido como Tierra Caliente.

Bienvenidos al Limón de la Luna, dicen las palabras soldadas al marco de metal que recorre sobre la carretera de dos carriles que llegan al pueblo. Las hojas verdes obscuras, casi negras, de los tilos complementan al paisaje. Durante la cosecha, la fruta es recolectada y repartida a lo largo de México, limas tan jugosas que inspiraron el nombre de este pueblo etéreo.

Esta entrada bucólica es una escena bien conocida para muchos de los residentes de Santa Ana, la adoptada capital de la diáspora michoacana dentro de el Sur de California durante los últimos 40 años. Hoy en día, El Limón solo cuento con más o menos 300 residentes, pero que durante el invierno crece cuando llega la caravana de expatriados que recorren el camino de 28 horas desde Orange County, California para pasar la temporada navideña en su tierra natal. Pero en los años pasado, la buena voluntad atrajo algunos invitados no deseados que llegaron con intenciones muy diferentes a los hijos pródigos que llegan con nostalgia y en busca de descanso.

Un cartel narcotraficante, conocido como Los Caballeros Templarios se habían establecido en Apatzigán, una ciudad con aproximadamente 90,000 residentes, y consiguieron control por medio de una campaña de terror e intimidación. Los tentáculos el cartel rápidamente expandieron a ranchos alrededor, incluyendo El Limón de la Luna, en el cual se establecieron como la autoridad que ejercía su autoridad con implacable autoridad. La evidencia está en una foto sobre la cual se susurraba recientemente en un bar en Santa Ana, que ilustraba la violencia que atormentado a familiares y amigos de aquellos presente.

Unos de estos hombres ayudaron recaudar fondos en Orange County para pagar por el arco en la entrada del pueblo. Él sacó su iPhone para enseñarme una foto que mostraba cuatro personas colgadas del arco, cada uno con las manos atadas y los pies casi tocado a la carretera. Una es una señora embarazada cuyo esposo y hermana de 19 años cuelgan a su lado, evidente que sufrieron la misma muerto agonizante a manos de los verdugos. La cuarta víctima es un hombre con sus pantalones a los tobillos y calzones bajados a media pierna. Un periódico esta atado a su cabeza, sugiriendo que alguien no le gustaron sus comentarios– probablemente en contra Los Templarios—atribuidos a él en el artículo.

La decisión de usar la arca para las ejecuciones aparenta ser calculada. Parce que los narcos encontraron un macabro humor en la calida bienvenida a todos que ofrece El Limón de la Luna y escogieron este formato para advertir a los que los oponen: aunque los reten, ellos reirán por último. No sería ni la primera ni la última vez que el cartel usaría el arco para comunicar lo que los periódicos mexicanos llaman un narco mensaje: ha habido por los menos dos más ejecuciones sobre el arco, resultando en el asesinato de cuatro hombres.

<> dijo el hombre con el iPhone, mientras apuntaba a la foto. <>

Otro hombre relataba de familiares que fuero detenidos en la carretera por pistoleros del cartel afuera de Apatzingan, y obligados a pagar una cuota por tener carro. Su amigo agrego que el carro de su hermano fue baleado por Los Templarios mientras estaba estacionado por el simple hecho de “entretenerse.”

Los detalles que compartieron eran indistintos. El dar demasiada información puede resultar en que se identifiquen los familiares en Michoacán y ponerlos en peligro de los sicarios de Los Templarios. Además, el dar demasiado detalle también podría exponer la revolución que estos hombres y sus compatriotas han apoyado e instigado cuando la situación ya era demasiada.

A causa al terror de Los Templarios, más o menos hace un año miles de habitantes de Tierra Caliente se armaron y formaron grupos de autodefensas para atacar al cartel, y poco a poco tras una serie de enfrentamientos sangrientos empiezan a sacar a los narcos de sus pueblos. Los expatriados han estado recaudando fondos para mandar a Michoacán, y algunos—no solo hombres nacidos allá, sino también sus hijos agringados—hasta han dejado la comodidad del Norte para regresar a Tierra Caliente para combatir. Fue un levantamiento que llego al corazón de los mexicanos domésticos y extranjeros e inspiró más levantamientos similares en otros estados de la república que sufrían la misma aflicción de la narcoviolencia. Un levantamiento que también avergonzó a la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, quien recientemente intento guardar su credibilidad al anunciar que despacharía al ejército mexicano para que ayudara.

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Pero la comunidad en Santa Ana todavía no canta victoria. Surgen rumores que pistoleros y espías del cartel han infiltrado la comunidad para tomar nombres de aquellos que los critican y denuncian a Los Templarios. Según también los residentes de Apatzingán temen, y citan a un oficial del gobierno quien le digo al periódico estadounidense New York Times que uno no sabe quienes son los espías hasta que lo cruzan.

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Cuando michoacanos en Santa Ana discuten la guerra en su tierra natal, los hacen en susurros sobre “los problemas” y “las cosas” (refiriéndose a los sucesos) de la misma manera que los irlandeses se referían al las batallas de separación del Norte de Irlanda como “The Troubles” (“Los Problemas”). La palabra Templario no es mencionada en público, o por lo menos no más alto que un susurro, para no atraer la atención de los espías que se temen que están en todas partes en el Sur de California.

Un hombre que fui a buscar en su negocio me corrió y se negó hablar sobre la guerra en su tierra. Se dio la vuelta y se metió a un cuarto de atrás. Otro hombre que aceptó hablar conmigo se arrepintió después de que sus amigos, también de Tierra Caliente, lo desanimaran.

<> me dijo desesperadamente por el teléfono el próximo día. <>

Según las pláticas que vienen de los michoacanos en el Sur de California, Los Templarios viven en California en la ciudad de Hesperia en el condado de San Berndardino y en las ciudades Riverside y Miraloma en el condado de Riverside. También se han visto en restaurantes en Santa Ana.

<> dijo un hombre. Cuando se les preguntan por que no los reportan a las autoridades, dice que temen que sean fichados como informantes de la policía y pongan en riesgo sus seres queridos en Michoacán. Aquí, como en Tierra Caliente, la mejor manera de evitar la ira de Los Templarios es, como lo dijo otro michoacano con quien hable en Santa Ana <>

Los temores de los hombres son reales. Las autoridades norteamericanas dicen que algunos de la metanfetamina que llega al sur de California es controlada por Los Templarios, precedente de Michoacán. En el 2010, agentes federales de la DEA (Drug Enforcement Agency) investigaban otras actividades de otro cartel en el condado de San Diego y se sorprendieron al escuchar de Los Templarios, quienes fueron agregados a la investigación. Después de la investigación llamada <> de dos años, los agentes aseguraron 30 ordenes de arresto para miembros de Familia y Templarios en el Sur de California para diciembre del 2012. Se hicieron arrestos en las ciudades de Santa Ana, Buena Park, Riverside, Perris, Downey, Los Angeles, y hasta Manteca también el condado de San Diego.

Amy Roderick, agente especial de la DEA, dijo que la investigación sigue.

<> dijo ella.

Varios carteles han peleado por Michoacán durante la última década, pero la brutalidad demostrada por Los Templarios ha sorprendido a los mexicanos. Son una célula de otro cartel llamado La Familia Michoacana que fue conocida por degollamientos. Después de que la policia federal mexicana mató a los fundadores de La Familia, riñas dentro de la organización resultaron en la formación de Los Templarios quienes en el 2011 se nombraron herederos de La Familia y sus tradiciones de violencia y ceremonias extrañas. Luego tomar control de las ciudades más grandes de Michoacán, voltearon su mira a Tierra Caliente. Esta zona geográfica y cultural que cubre partes de Michoacán y Guerrero es rica en agricultura y recursos naturales. En la psique mexicana es similar a las regiones Ozarks o Appalachia en America: una región de maravillosa belleza, extrema pobreza, y gente innegablemente independiente.

Los Templarios se apoderaron de Tierra Caliente de la misma manera que el ejército alemán lo hizo por la Unión Sovieta durante la segunda guerra mundial al matar, quemar y robar sin consecuencia. Al establecer su poder, empezaron a extorsionar a los residentes. Primero se pedían fondos para proteger, pero cuando eso no fue suficiente, Los Templarios empezaron a pedir impuestos por todo, desde terrenos a cosechas y hasta sueldos. Se adueñaron de huertas de aguacates y limas, exigiendo que los propietarios vendieran los terrenos por una miseria. También empezaron los asaltos sexuales y el tráfico humano. Miembros del cartel aterrorizaban a los residentes para mantenerlos callados; aquellos que se atrevían hablar encontraban sus carros y casas quemados- si les tocaba suerte.

La crisis llegó a la cima cuando el poder templario sobre los pueblos y las autoridades de Tierra Caliente empezó a afectar al economía de las cosechas de aguacates y limas, y por consecuencia la misma sobrevivencia de aquellos que dependían de esta industria. Y también empezó a afectar la llegada de las remezas que por mucho tiempo sostuvieron a pueblos casi abandonados como El Limón de la Luna. Se empezó a sospechar que casas de cambio eran controladas por Los Templarios, así de que en Santa Ana se empezó a mandar dinero a sucursales de Bancomer en pueblos lejanos—que requerían de caminos de dos o tres horas—para asegurar el bien estar de sus seres queridos. A pesar de esto, todavía había temor: aquellos que recibían dinero inmediatamente eran identificados como personas con conexiones en los Estados Unidos, y como resultado, aumentaron los secuestros.

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Los mexicanos en los Estados Unidos procedentes de Tierra Caliente empezaron a cancelar sus planes de visitas a su tierra a causa de la violencia. Los ancianos ya en sus últimos días quedaron desamparados ya que sus hijos temían por sus vidas al pisar tierra controlada por los narcos.

<> dijo un hombre viviendo en Santa Ana, California, originalmente de un racho llamado Peribán. <>

Peribán está al norte de Buenavista Tomatlán. El año pasado un político fue asesinado después de criticar al cartel, y 10 residentes locales murieron en una emboscada mientras regresaban de una junta con las autoridades sobre la narcoviolencia. La presencia del cartel estaba por todas partes, incluso con las fuerzas policíacas. Muchos creían que hasta las llamadas por teléfonos eran monitorizadas.

<> dijo el hombre de Peribán. <>

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La Tierra Caliente y sus hijos en el extranjero no podían contar con ninguna parte de las autoridades mexicanas par que los ayudaran. La policía local y estatal tienen fama por tener ligas con los carteles; el ejército mexicano y el gobierno federal aparentan impotencia. Y cuando los residentes de Tierra Caliente por fin aceptaron esta realidad, decidieron levantarse y empezaron a pelear.

El primer pueblo que observadores le dan crédito por enfrentarse en contra de Los Templarios fue la comunidad indígena de Cherán, ubicada el las montañas Michoacanas al norte de Tierra Caliente, conocidas por sus bosques que hospedan a las mariposas monarcas. La mayoría de la población es Purépecha, y fueron sometidos a la explotación forestal, a Los Templarios, y un gobierno indiferente. Empezando en el 2011, el pueblo se encontró con La Familia y, después de su desintegración, con Los Templarios. En febrero del año pasado, la mujeres de Cherán empezaron a organizar grupos armados de vigilantes que exitosamente sacaron a los carteles. Esto sorprendió a la nación mexicana, la cual estaba herida por décadas a causa de batallas en contra de los narco. A la vez, impulsó al resto de Michoacán.

Campesinos, cosechadores de lima, dueños de negocios, maestros y otra gente cotidiana se vieron inspirados por Cherán y decidieron tomar el asunto en sus manos. Ciudadanos empezaron a establecerse en edificios municipales y arrestaron a policías que sospechaban como cómplices de Los Templarios. No tardaron en construir refugios subterráneos con bolsas de fertilizante para establecer puntos de control en las carreteras que daban acceso al pueblo. También se establecieron puntos defensivos dentro del pueblo en donde se encontraban ciudadanos armados con cuernos de chivo y M-16, listos para enfrentarse con Los Templarios.

Encontraron más éxito del que esperaban. Los narcos y sus cómplices dieron vuelta atrás, pero algunos con promesas de regresar y buscar venganza. Para el mes pasado, los autodefensas iban con rumbo a Apatzingán, el centro de las operaciones de Los Templarios. Pronto circularon fotos de los combatientes- tanto campesinos como adolescentes- explorando y descansando dentro de las casas grandiosas de los líderes de Los Templarios, incluyendo Enrique Plancarte “El Quiques” Solis, cuyo gusto de diseño interior era monocromático. Casi todo- muebles, decoraciones, paredes- era rojo y blanco. Su alcoba era color de rosa y blanco, incluyendo su cama, y fue presentada en periódicos mexicanos bajo el titular <>

Hasta fines del año pasado, poco se sabía dentro de los Estados Unidos sobre los enfrentamientos sangrientos entre los grupos de autodefensa y Los Templarios. Recientemente ha habido reportes el los medios mexicanos que dicen que un grupo basado en San Jose, California conocido como Voluntarios de la Comunidad han organizado eventos para recolectar fondos en Los Angeles, San Bernardino, y otras ciudades de California que tienen gran presencia michoacana. Sin embargo, nadie admite que eventos semejantes han tomado lugar en Santa Ana. Varios hombres dentro de la comunidad han dicho que han aumentado la cantidad de dinero que mandan como remeza mensual durante estos tiempos de “las cosas.” Según, el dinero es para que se compre comida y para pagar por otros gastos básicos- mas si el dinero también se usa para comprar armas y munición… pues, no se puede saber.

Lo que si no se puede negar es que personas que anteriormente vivían en Santa Ana se han unido a la causa. El periódico californio Los Angeles Times identificó a unos de los combatientes como Adolfo Silva, quien asistió a Century High School y se unió después de que Los Templarios secuestraron a su primo. En una entrevista con GlobalPost.com, Silva parecía como se fuese personaje de un pocho del barrio (su hermano, ha reportado el Times, fue miembro de la pandilla Lopers), con su inglés rebuscado, cabello corto, y bravata. <> le digo al que lo entrevistaba. Luego, refiriéndose a Los Templarios, dijo Silva, <>

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Un hombre que crecío en Nueva Italia, un pueblo al sur de Apatzingán, y a vivido en Orange County por casi 40 años digo que la vida lujosa que vivían los líderes de los narcos era escandalosa, especialmente en comparación con la pobreza que hay en Tierra Caliente. <> dijo el hombre.

El hombre señaló a los otros hombres que se encontraban en el bar con él. <> dijo. <>

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Los michoacanos empezaron a llegar a Santa Ana a principio de los 1960s, durante el mismo tiempo cuando gringos y negros del este, medio-oeste, y otras partes de los EEUU también se mudaban a Orange County y el sur de California. Pero también se tenía otra cosa en común con los otros migrantes: todos eran parte de un aumento en la población y construcción que surgía a causa de la industria aeroespacial. Otros se fueron a trabajar en áreas de navegación aérea o fabricas de defensa o compañías electrónicas; trabajaban el granjas, echaban cemento, y algunos pizcaban naranjas que en aquellos años se encontraban en abundancia, o elaboraban alguno otro trabajo manual que típicamente se guardaban para los inmigrantes recién llegados.

Los afortunados trabajaban como obreros en la industria de la construcción, en la cual se les pagaba mejor, y construían casas para los trabajadores de las industrias aéreas, del gobierno, o compañías electrónicas. Los más afortunados eran miembros del sindicato Laborers Local 652, y su reunían en su salón por la Chestnut Avenue, y ganaban buenos sueldos y beneficios. La mayoría de las casas ideales de $40.000 que se construyeron en Orange County en los 1970s fue con la ayuda de estos obreros. Cuando a las compañías de desarrollo ya no les quedo donde más constuir, empezaron a expander hacía el sur del condado y construyeron casas más caras sobre los acantilados que divisaban al mar.

Las primeras familias se establecieron cerca de las calles First Street y Grand Avenue en Santa Ana, y comúnmente compartían casas o apartamentos con otras familias michoacanas hasta que ahorraban para tener su propio hogar. La Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe por la Second y la Grand, en donde se celebraban las Primeras Comuniones y las bodas, era el pilar de la comunidad. Así como fue creciendo la comunidad empezó expandiéndose al oeste hacía South Main Street, en donde los primeros negocios para esta comunidad empezaron a abrir en los 1980s. Hoy, la ciudad está llena de negocios que incluyen nombres de pueblos y municipios de Michoacán de donde son originarios muchos de los residentes: Zamora. Sahuayo. Uruápan. Apatzingán. El Granjenal.

Al pasar de los años, esta ha sido quizás una del las comunidades de inmigrantes mas unidas que se haya establecido en Santa Ana, organizándose con frecuencia para recaudar fondos para algún beneficio en sus pueblos, proyectos que el gobierno de México no se ha interesado en cumplir. Pero estas conexiones se están perdiendo porque es más fácil que la juventud se asimile a los modos americanos. Los hijos ya no toman tanto interés en las camisas vaqueras, los cinturones con hebillas o botas vaqueras que usan sus padres. La reuniones comunitarias que se hacían en el salón del sindicato Laborers o de la iglesia ya no son tan frecuentes.

<> dijo el hombre de Peribán.

A pesar de los puntos de vistas negativos que muchos americanos tienen de los inmigrantes mexicanos y de la ciudad de Santa Ana, hay un hecho establecido: los hijos de los obradores que llegaron hace medio siglo hoy en día trabajan al lado de los hijos de los gringos que llegaron al mismo tiempo. También compran las casas que construyeron sus padres. Los viejos, por otro lado, lamentan la violencia que destroza su madre patria y se preocupan de los familiares que siguen allá. Sin embargo, parce que hay un apoyo universal para aquellos que están recuperando sus pueblos, ya sea porque allí nacieron o porque de allá descienden. Recuperándolos de las manos de los narcos y del gobierno inepto y del ejercito que permitió que Michoacán por poco se perdiera.

Esto ha sido una vergüenza para el Presidente Nieto y el ejército mexicano. Un grupo de campesinos han logrado en unas semanas lo que el ejército y las fuerzas policíacas no han podido, o no han querido hacer en la última década. Los combatientes informalmente tienen su propio uniforme: una camiseta blanca. Se visto como héroes por casi todo México, y los han comparado al levantamiento Zapatista de los 1990s o a las topas de Pancho Villa y Emiliano Zapata. Una imagen informal de Michoacán es una niña Purépecha que es el logo de la nevería La Michoacana, pero hoy en día la han alterado- como respuesta a la condición actual del estado- y la imagen ha sido interpretada con una arma y una máscara; la imagen circula con popularidad las redes sociales. Algunos críticos han dicho que los autodefensas son nada mas que pistoleros que trabajan por otro cartel rival que buscan acabar con Los Templarios. Pero, no hay evidencia que sostenga esos rumores, los cuales fuertemente han sido negados por los líderes de los grupos.

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Hace algunas semanas, el ejército amenazaba con desarmar a los autodefensas, quienes se negaron en entregar las armas y respondieron con exigencias propias: considerarían un acuerdo solo si todos de los líderes de Los Templarios fuesen arrestados y se establecería orden en las fuerzas policíacas sin corrupción. A fines del mes pasado, el gobierno llego a un acuerdo “temporario” con los vigilantes en el cual cooperarían con el gobierno y las fuerzas policíacas al unirse con ellos comos unidades del defensa rural. Las unidades estarían bajo las ordenes del ejército mexicano y los combatientes serían permitidos mantener sus armas, pero solo si las registran. Esa parte en particular es importante porque actualmente las leyes en México no permiten que los ciudadanos tengan armas.

Aunque parece que el los autodefensas han vencido a Los Templarios y al gobierno, los michoacanos que están en Santa Ana no están completamente satisfechos.

<> dijo uno de los hombres. <>

Sus amigos mueven su cabeza en acuerdo, todos con cara seria. Es una alternativa que se ha discutido entre ellos, y ven la participación de las fuerzas estadounidenses como la única solución para la paz en Tierra Caliente.

La sugerencia es loca, por supuesto. Su ingenuidad y frustración es típica del lamento del mexicano por su país: Tan lejos de Dios y tan cera a los Estados Unidos. Así de que lo único que pueden hacer es pelear por la Tierra Caliente.


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