Jesucristo con la Verga Visible

Ubicado sobre la majestuosa pared de piedra al exterior de la Iglesia San José en Santa Ana, un mural de Jesucristo midiendo unos veinte pies en altura saluda a conductores manejando al oeste por la calle Civic Center Drive. Pintado durante la década de los 1980s, el mural representa a Jesucristo parado sobre un monte mientras rayos de luz sube a Jesucristo hacia el cielo. Una aureola se arremolina alrededor de Su cabeza. Sus heridas son frescas y melladas; Su brazo derecho está levantado alto en bendición.

Jesucristo bendice el mundo. Nada extraño acerca de eso. Pero siglos de tradición artística pronto se ceden a una expresión modernista y desordenada. En vez de pelo largo que alcanza Sus hombros, este Jesucristo tiene un peinado corto como una muchacha. Su cara blanca no tiene barba y se parece como la cara de una princesa italiana de las Edades Medias; aunque esté juzgado contra la representación Eurocéntrica del martirado Nazareno que es típica de arte cristiana, este Jesucristo se parece especialmente extraño.

Pero la apariencia de Jesucristo no es lo que es más raro del mural de la Iglesia San José. Más interesante, Jesucristo está completamente desnudo. No se encuentra la sábana que dos milenios de arte cristiana ha colocado universalmente a través de Su genitales. En vez de la sábana, una protuberancia roja sugiere el escroto del Salvador, mientras una mancha rosa aparece que indica el pene sagrado.

¡Buenos días, Señor Diós!

Quizás sólo es coincidencia que, hasta este verano pasado, esta misma Iglesia San José fue presidida por Padre César Salazar, que aguarda los resultados de una investigación federal sobre cargas que el era dueño de imágines pornográficas de niños. Pero mucho más antes que Salazar fue enredado en el escándalo sexual que afecta la iglesia católica en el Condado de Orange, el mural de la Iglesia San José era un objeto de desprecio entre víctimas de abuso sexual que piensan que el Jesucristo desnudo es simbólico de la actitud floja de la Diócesis Católica del Condado de Orange tocante sacerdotes desviados.

En una reunión reciente de la organización Sobrevivientes de Los Abusado por Sacerdotes (SNAP) fuera de la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en el barrio Delhi de Santa Ana, dos víctimas del abuso sexual causado por trabajadores de la iglesia católica recordaron el debut del mural.

“Refieres al Jesucristo con la verga visible?” dijo Joelle Casteix con una risa. “Recuerdo eso—mi familia dejó a la Iglesia San José poco después que pintaron ese mural causa del escándalo que resultó.” Muchas familias acompañaron a la familia de Casteix en dejando la Iglesia San José para el Catedral de la Sagrada Familia en la ciudad de Orange por causa del mural, según Casteix.

Dado que el trabajo artístico todavía, pues, esta colgado, Casteix piensa que es apropiado que el más reciente escándalo sexual de la iglesia católica en el condado implica un miembro del clérigo de la Iglesia San José. Salazar, 37, un sacerdote nativo del condado de Orange, tuvo su computadora portátil detenida por la policía de Santa Ana en el año 2001 después que funcionarios de la iglesia supuestamente descubrieron centenares de imágenes pornográficas de niños en la computadora. Detectives de la ciudad de Santa Ana le dieron el caso al fiscal para que ellos pudieran perseguir el caso, pero Salazar siguió dando la misa en la Iglesia San José hasta julio de este año. Ese mes fue cuando la diócesis del Condado de Orange lo suspendió después que un ex-trabajador diocesano llamado Fernando Guido—repugnado con la inacción de la diócesis y el fiscal—le pidió al Servicio de Seguridad del Estado (FBI) que investigara la situación.

Es fácil despedir las quejas contra el mural de la Iglesia San José como originando de una sensibilidad gazmoña de católicos americanos influida por la imagen de Cabeza de Cristo,una pintura hecha por el pintor americano Warner Sallman en 1941—el cuadro famoso que representa a un Jesucristo europeo, barbado, y pensativo—o como otra táctica usado por activistas contra el abuso sexual causado por sacerdotes para avergonzar más a funcionarios de la iglesia católica como pervertidos sexuales.

Funcionarios de la Iglesia San José no regresaron una llamada hecha por este reportero buscando una respuesta para este artículo.

Pero el crítico más prominente del mural del Jesucristo desnudo en la Iglesia San José es nadie más que Norman McFarland. El obispo del condado de Orange de 1986 hasta 1998, McFarland fue cuestionado por abogados el 19 de junio de 2001 para DiMaria vs. Harris, el caso judicial importante que forzó la Diócesis del Condado de Orange que pagara 5.2 millones de dólares a un estudiante que fue abusado sexualmente por Michael Harris, el ex-principal de las escuelas preparatorias Mater Dei y Santa Margarita.

McFarland azotó el mural de la Iglesia San José sin provocación.

“Una pintura bastante extraña,” él lo llamó. “No era algo que pensé que era arte buena [por nada].”

McFarland mencionó que residentes que vivían alrededor de la Iglesia San José le quejaron que un sacerdote de la parroquia “pintó a un hombre desnudo [sobre la pared],” gráficamente demostrando a Jesucristo “en el estado de erección.”

La situación se puso tan mala, según el testimonio de McFarland, que la diócesis recibió una llamada del delegado apostólico, el representante papal a los Estados Unidos, porque tantas personas habían escrito al Papa Juan Pablo II con quejas acerca del mural.

Salazar no ha dado misa desde julio. Sus seguidores tuvieron una reunión adentro del gimnasio de la Iglesia San José poco después que el diócesis suspendieron a Salazar, acusando a funcionarios diocesanos de desertar al sacerdote. El mural del Jesucristo Desnudo pareció que quería mirar adentro

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